Asnazú, nos has acogido entre tus cálidas montañas, has abierto tus brazos para permitirnos conocer la magia de tus costumbres y saberes ancestrales reflejados en los cultivos agrícolas y pecuarios que emanan de tu territorio.

Nos diste la oportunidad de disfrutar de deliciosos manjares elaborados por manos apasionadas con productos nativos y criollos. Sancocho de batata, zamba de zapallo, chicha de cidra y dulce de cidra papa fueron los platos que pusiste en nuestra mesa surgidos de la noble intención de rescatar las semillas ancestrales.

¡Hoy te damos las gracias por habernos brindado protección bajo la sombra de cultivos de caña, café y plátano y por tus aguas que han proporcionado sustento y frescura a las comunidades que disfrutan de tu gran riqueza!

Por Natalia Acosta Henao