Nuestros pasos nos han llevado a conocer el territorio del chontaduro, de la piangua, de la panela, del páramo y del sacha inchi; la papa china, el bananito, la batata, la tilapia y el pipilongo pintaron de pacífico nuestros sabores; Farallones, Munchique, Tatamá, Las Hermosas y Río Claro nos abrieron sus verdes puertas para respirar su aire cargado de frescura; las cuencas del río Cauca, Saldaña, Otún, La Vieja, Calima, Río Grande, Río Palo y Anchicayá nos abrazaron con sus aguas para recordarnos el compromiso de conservación.
Haciendo equipo con familias sostenibles, jóvenes soñadores, comunidades resilientes, mujeres emprendedoras, maestros, maestras, niños, niñas y pujantes líderes ambientales y comunitarios hemos trazado caminos posibles hacia realidades esperanzadoras.
Con nuestros aliados estratégicos, cooperantes, financiadores y colaboradores hemos emprendido travesías hacia lo desconocido, recorriendo territorios aparentemente inquietantes e inhóspitos que con su algarabía y el fulgor de sus tradiciones se han convertido en lugares confortables, propios, cercanos y cálidos.
Pese a las brechas geográficas, el fuego cruzado y los panoramas sombríos hemos descubierto, en medio de sabiduría ancestral, colores, sabores y melodías autóctonas, el verdadero compromiso con la diversidad de la vida!
¡Somos Territorio!
Por Daniel Osorio y Natalia Acosta
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