El Yarumo Blanco anuncia y abriga el renacer del bosque, un árbol que sin vanagloriarse de un alto “valor comercial” en la industria convencional, es altamente significativo para el desarrollo ecosistémico y para salvaguardar el bienestar de la biodiversidad propia de la alta montaña.
Una especie gregaria, que desde su gran capacidad para interactuar con otros, crece y configura un sistema potente, un esfuerzo común que permite trascender de su esencia real como árbol (individuo), para configurar la realidad del bosque colectivo, de nuestro bosque, nuestro sustento y cultura.
Así, como ese ser especial, en las entrañas de la Cuenca Alta del Río Otún, la Organización Comunitaria Yarumo Blanco, nace también desde hace varios años, como el resultado de un trabajo colectivo que surgió como legado de importantes luchas ambientales en el departamento.
El fruto concreto de un sinnúmero de esfuerzos de instituciones, maestros y líderes locales, que se dieron a la tarea de reconocer y empoderar todo el conocimiento que sobre el territorio portaban las familias ubicadas en el Corregimiento de La Florida del municipio de Pereira. Familias que desde entonces le han apostado a entregar un pedacito de su alma -depositado en un alimento, una guíanza, un servicio de alta calidad-, a todos los visitantes de la cuenca alta.
Una organización que encontró los caminos viables y autónomos para enraizarse en el corazón de quienes habitamos La Cuenca del Río Otún, con herramientas tan profundas como sencillas, han logrado permear el imaginario de cientos de personas que seducidas por los encantos del bosque, llegamos en la búsqueda de un momento de esparcimiento y nos encontramos con un invaluable conocimiento sobre la biodiversidad y la gestión colectiva de la Cuenca.
Este legado da sentido a una idea de sostenibilidad ya no entendida sólo como una apuesta de protección de los recursos naturales, sino resignificada desde la trascendencia que tiene la participación comunitaria, como única alternativa para garantizar la conservación ambiental, y por lo tanto un goce efectivo de los derechos colectivos y del ambiente.
Es por todo esto y más, que hoy queremos iniciar el mes de las organizaciones sociales en la Corporación Social Manantial, haciendo un sentido reconocimiento a su trayectoria, a su don de gente, y a su entrega por el territorio.
Y, aunque hace un par de semanas nos levantamos con un triste titular, en el que se anunciaba que ésta Organización no sería más la operadora de los servicios turísticos del Santuario de Flora y Fauna Otún Quimbaya, queremos hacer de esta editorial una ocasión para recordar que todo su bagaje y conocimiento lo sigue compartiendo Yarumo Blanco en los recorridos que hoy realiza en la Finca Buenos Aires y en la Cascada Los Frailes; contribuyendo en los procesos de construcción de gobernanza del agua en el ámbito local.
Gracias Yarumo Blanco! Que tu resplandor siga atrayendo miles de rayos de luz a la Cuenca del Río Otún y que tu experiencia sea el faro para realizar las luchas que se requieran, para que juntos defendamos este nuestro territorio, de las políticas ambientales y turísticas que puedan llegar a afectar la armonía del ecosistema que nos ha visto crecer.
Margarita Noreña Ortega
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